¿Cómo estimular la autoestima de los
niños?
Cada niño es único, y en el caso de
que quieras construir una buena autoestima en
tu hijo, debes considerar factores como su temperamento,
sus habilidades, debilidades, mecanismos de defensa, deseos y su nivel cognitivo.
Y además, estos consejos prácticos te pueden ayudar a estimular la autoestima
de tu hijo:
1. Responsabilidades. Incentiva el desarrollo de las
responsabilidades del niño. De una manera positiva, crea algunos compromisos y
exige, en un clima de participación e interacción, su cumplimiento por parte
del niño.
3. Refuerza sus logros. Refuerza con positivismo las buenas conductas del
niño. Por ejemplo, cuando él haga los deberes, o
recoja sus juguetes, o se
cambie de ropa solo, dile con cariño y de forma efusiva ¡qué mayor eres!,
¡gracias por ayudarme!, o ¡lo has hecho muy bien!. En algunas casas y colegios,
este refuerzo se hace a través de pequeños premios.
4. Límites claros. Marca los límites en su educación,
enseñándole a prever las consecuencias de su conducta. Ejemplo: "Si no
recoges tus juguetes, no irás al cine". Y que no haya vuelta atrás.
5. Resolución de problemas. Enseña a tu hijo a resolver sus
propios problemas y a aprender de sus errores y faltas, de una forma positiva.
Por ejemplo, si el niño no alcanza una buena nota en una asignatura escolar,
anímale a estudiar más y a prepararse para superarse en el próximo examen. El niño
debe sentir que un error puede convertirse en un aprendizaje y,
consecuentemente, podrá arreglarlo si emplea más esfuerzo.
6. Críticas constructivas. Deja de lado las críticas destructivas.
Los insultos no
favorecen a la autoestima del niño. En lugar de decir "eres un
desordenado, tienes tu cuarto como una basura", mejor decir "no me
gusta ver tu cuarto tan desordenado, me pone muy triste". Así, estarás
demostrando que lo que a ti te disgusta es el desorden del cuarto, no el niño.
Efectos positivos de una buena
autoestima en los niños
Un niño con una buena autoestima
podrá experimentar sus efectos positivos: la confianza, el
ánimo, el interés y el placer de aprender y
de realizar sueños. Es necesario que sea edificada y construída desde que el
niño sea apenas un bebé. El
afecto y el cariño entre
el recién nacido y
sus padres pueden ser considerados una guía de la autoestima. El bebé debe
sentirse querido y abrazado por lo que es. Por eso, en el caso de que tu bebé
haya nacido con alguna anomalía o deformación física evita para que él no
sienta tu preocupación. Acércate aún más a él.
El niño que no siente que es valorado
por sus padres puede desarrollar el miedo de ser abandonado. Lo mismo se debe
hacer, por ejemplo, cuando el niño, en la escuela, es etiquetado como el malo,
el trasto, el impertinente, y lo único que hacen, compañeros y alumnos, es
dejarle de lado, discriminarle, haciéndole sentir marginado y rechazado por
todos. Esta postura no le ayudará en absoluto, creando una baja autoestima en
el niño que, en poco tiempo, podrá llevarle al fracaso escolar.
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